viernes, 8 de octubre de 2010

Espejo de mano



Os pido permiso.

Permiso para en el suelo esparcir estas letras
- recójalas quien quiera -

Para tratar de comprender algunas dispensas
- y otras que no llegan -

Os pido permiso para vestir vuestro traje
- por ver qué tal me queda -

Empático,
mutaré mi petición en aviso,
- disfraz pragmático -
abordando la cuestión
sin demora ni reparo,
en fideicomiso.

Afán de notoriedad
que se me escapa.
Instar al verso,
en lírico maltrato,
a invadir ajenas entrañas.
Instar al lector,
en maltratado lirismo,
a enredarse en tus marañas.

¿Importa el lector acaso
al firmar el remitente?
¿No es todo uno mismo?

¿Queremos compartir,
latir con los presentes?

¿Es todo protagonismo?

No dejaré de leeros
como algunos, en protesta,
así ya lo hicieron
- yo te entiendo, compañero,
¿lo entenderán ellos? -

No declaro aquí culpables
ni a vuestro sentir
ni al posible arte.
No rechazo al aprender
si algo puedes enseñarme,
pues no busco ser profeta
y no pienso castigarme.
Sólo sigo aquí a la espera
del requiebro que, por Ella,
me haga un día al fin poeta.

Ofenderte no pretendo,
sólo sumo a su protesta
mi antinarcisista espejo.