I
"Amarás a Dios sobre todas las cosas"
Entre décimas jugando
y aprendiendo a descubrir
la manera de escribir
más lejana de lo infando,
como Dios echara bando
se me viene a la cabeza
esa ley que en su bajeza
pide amor de egolatría.
Me declaro en rebeldía
sólo importando su "Alteza".
II
"No tomarás el nombre de Dios en vano"
De Dios el hombre se reza
y en vano nadie lo piensa,
de fe llenamos despensa
declaro aquí con certeza.
A Dios, de justa belleza,
cada hombre a su manera
modela en propia quimera:
el banquero en la moneda,
el errante en la vereda,
el patriota en la bandera.
III
"Santificarás las fiestas"
Y así pasean madera
bendecida cada año,
digna tradición de antaño
niños recaudando cera.
Mas si alguna fiesta hubiera
que merezca mi plegaria
o mi entrega catenaria
sea el Carnaval pagano
de horizonte gaditano
¡arda Momo como paria!.
IV
"Honrarás a tu padre y a tu madre"
Virgen de la Candelaria
¿en quién puedo confiar?
¿quién si no va a custodiar
su pasar cual luminaria?
Aunque en tierras de malaria
y escasez hay una niña
que por un diezmo de viña
es vendida a la merced
de una pederasta red
¿Quién le va con la cantiña?
V
"No matarás"
No debiera aquí dar riña
y un "amén" sin más cantar
si pudiérase olvidar
tanta muerte en regatiña.
Muerte en diezmo de rapiña,
por dorada Santa Tierra,
o en cualquier Cruzada guerra
sabio, bruja o berebere.
Paga, mata, reza, muere...
¡Mueran!, que la Iglesia entierra.
VI
"No cometerás actos impuros"
Otra paradoja encierra
la cruz que encuentra la flama,
castidad que el clero aclama
y ni el propio cura aferra.
Mientras al niño lo aterra
al lascivo arranca vida.
Muerte en casto verbo, "SIDA"
- condón, ¡precaución!, ¡Satán! -
Impuro Dios hizo a Adán
y al clero hizo homicida.
VII
"No robarás"
No a la anciana desvalida
ni al carente de manjar,
no al que arrastra su pesar
ni al vacío de guarida.
No al que aguanta honrada brida
si ves brillo que desprenda,
ni a quien alto pico ascienda
si es loable su camino.
Al tirano y al zaíno
roba y recuperas prenda.
VIII
"No dirás falso testimonio ni mentirás"
Sin manera de que entienda
malas lenguas viperinas,
las falacias en doctrinas,
la mentira aunque no ofenda,
me declaro, sin pamplinas,
del Octavo fiel devoto.
¡Qué difícil este coto
se me hace cuando acuoso!
Ruego perdón decoroso
si me arrastró el maremoto.
IX
"No consentirás pensamientos ni deseos impuros"
Menester de holgado escroto
se me antoja ya esta enmienda.
No me joda en su trastienda
pues verá cuál es mi exvoto.
¿De verdad pide que atienda
su hipócrita aditamento?
Ríome y no me arrepiento
ni me pienso más hereje
que cualquier tejemaneje
con la piel de Sacramento.
X
"No codiciarás los bienes ajenos"
Ya en proceso de memento
- pues el juego aquí perece -
más que el Séptimo merece
esta "Ley" ser Mandamiento.
Pobre aquél que se adolece
y a lo ajeno va mirando,
pues no ve que está matando
cuanto propio ya tuviera.
Que la ardiente no hay más cera,
ni más cirio miserando.
"Amarás a Dios sobre todas las cosas"
Entre décimas jugando
y aprendiendo a descubrir
la manera de escribir
más lejana de lo infando,
como Dios echara bando
se me viene a la cabeza
esa ley que en su bajeza
pide amor de egolatría.
Me declaro en rebeldía
sólo importando su "Alteza".
II
"No tomarás el nombre de Dios en vano"
De Dios el hombre se reza
y en vano nadie lo piensa,
de fe llenamos despensa
declaro aquí con certeza.
A Dios, de justa belleza,
cada hombre a su manera
modela en propia quimera:
el banquero en la moneda,
el errante en la vereda,
el patriota en la bandera.
III
"Santificarás las fiestas"
Y así pasean madera
bendecida cada año,
digna tradición de antaño
niños recaudando cera.
Mas si alguna fiesta hubiera
que merezca mi plegaria
o mi entrega catenaria
sea el Carnaval pagano
de horizonte gaditano
¡arda Momo como paria!.
IV
"Honrarás a tu padre y a tu madre"
Virgen de la Candelaria
¿en quién puedo confiar?
¿quién si no va a custodiar
su pasar cual luminaria?
Aunque en tierras de malaria
y escasez hay una niña
que por un diezmo de viña
es vendida a la merced
de una pederasta red
¿Quién le va con la cantiña?
V
"No matarás"
No debiera aquí dar riña
y un "amén" sin más cantar
si pudiérase olvidar
tanta muerte en regatiña.
Muerte en diezmo de rapiña,
por dorada Santa Tierra,
o en cualquier Cruzada guerra
sabio, bruja o berebere.
Paga, mata, reza, muere...
¡Mueran!, que la Iglesia entierra.
VI
"No cometerás actos impuros"
Otra paradoja encierra
la cruz que encuentra la flama,
castidad que el clero aclama
y ni el propio cura aferra.
Mientras al niño lo aterra
al lascivo arranca vida.
Muerte en casto verbo, "SIDA"
- condón, ¡precaución!, ¡Satán! -
Impuro Dios hizo a Adán
y al clero hizo homicida.
VII
"No robarás"
No a la anciana desvalida
ni al carente de manjar,
no al que arrastra su pesar
ni al vacío de guarida.
No al que aguanta honrada brida
si ves brillo que desprenda,
ni a quien alto pico ascienda
si es loable su camino.
Al tirano y al zaíno
roba y recuperas prenda.
VIII
"No dirás falso testimonio ni mentirás"
Sin manera de que entienda
malas lenguas viperinas,
las falacias en doctrinas,
la mentira aunque no ofenda,
me declaro, sin pamplinas,
del Octavo fiel devoto.
¡Qué difícil este coto
se me hace cuando acuoso!
Ruego perdón decoroso
si me arrastró el maremoto.
IX
"No consentirás pensamientos ni deseos impuros"
Menester de holgado escroto
se me antoja ya esta enmienda.
No me joda en su trastienda
pues verá cuál es mi exvoto.
¿De verdad pide que atienda
su hipócrita aditamento?
Ríome y no me arrepiento
ni me pienso más hereje
que cualquier tejemaneje
con la piel de Sacramento.
X
"No codiciarás los bienes ajenos"
Ya en proceso de memento
- pues el juego aquí perece -
más que el Séptimo merece
esta "Ley" ser Mandamiento.
Pobre aquél que se adolece
y a lo ajeno va mirando,
pues no ve que está matando
cuanto propio ya tuviera.
Que la ardiente no hay más cera,
ni más cirio miserando.